La cultura se drogó cuando los políticos pidieron el puño de Jesús

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Hoy estuve en la primera radio de humor que tiene Latinoamerica, en el programa Ok! Entendimos (programa nuevito, de apenas dos semanas y monedas), leyendo esto:

Carta de una oyente indignada con los políticos.

Mi nombre es María Teresa Hicks, soy de Martínez y tengo veintinueve años. No tengo vergüenza en decir que antes me llamaba Fernando Andrés Hicks. Y esto es fundamental para entender cómo viene la mano: desde el año pasado, cuando me divorcié de Sofía, mi mujer, me siento nuy bien. Y sobre todo libre: acepté que adentro mío estaba María Teresa y la dejé salir. Acepté que cuando le acababa a Sofía no era porque me excitaba cómo se abría los cachetes, sino por lo tanto que la había podido fajar antes. Me acordaba de lo impresionante que era sentir su saliva caliente en mis nudillos, por la piña que le había encajado en pedo. Y me acordaba de mi primo Benedicto; pensaba en declararme y todo eso. Pero no me quiero ir de tema.
Lo que quiero decir tiene que ver con las elecciones. No es que la votación me quite el sueño. Pero por qué no me quita el sueño, ése es el tema…

LA DROGA. El tema es la droga. A mí no me van a convencer de que los candidatos que vemos estos días estén realmente en contra de la droga. Y eso me enerva, me saca. Me pongo tan nerviosa que tengo que abrir una ventana, gritar, no sé, patear algo, cortarme o algo así y odiar cada vez más. Me dan asco. Hijos de p… No, no quiero ser malhablada, pero la verdad ¿Alguien me puede negar que todos están fomentando la droga? Y no hablo del tema ese del narcotráfico, eso no existe, es mentira. A mí me importa la droga, todas, todas iguales, que consumen los pibes, los grandes, todos, la droga que está en la calle. Y yo sé algo que no se dice, algo que lo ocultan bien y es digno de un plan infernal. Nos mienten y para colmo les creemos, lo festejamos, creemos que hacen una buena gestión por eso. Y así guardan un secreto que hasta al más cristiano de los cristianos lo embauca. Sé que corro riesgo de muerte por decir esto, pero no me importa. Alguien tiene develar el secreto que guardan estos criminales. Y que me amenacen: yo sé que en el cielo Jesús me va acoger entera, dios, como me enseñó mamá.

La jugada más hija de puta de todos los políticos, TODOS, y que mantiene vivo al mercado de la droga tiene dos sílabas: cul-tura. Sí, la cultura. ¿¡No se dan cuenta!? Es eso. Y no hablo de los centritos culturales, los teatritos de cuarta, los barsuchos para bandas o los murales de mierda que pintan los “grandes dibujantes” de esta época. No. Hablo de la cultura enferma que se infiltra en nuestras vidas. Esa que está en las grandes casas de discos, en el San Teatro que tenemos en Corrientes, en el Bellas Artes, ¡en el Colón! ¡Todos esos lugares están enfermos! ¡Sí señor! Porque si usted, como yo, como María Teresa Hicks, hija de cristianos y algún día madre de cristianos, no quiere a la droga; si usted NO ESTÁ A FAVOR DEL INFIERNO DE LA DROGA, honestamente, como buena cristiana, tiene que agarrar todos sus libros, todos sus cassettes, sus dvs, sus discos y QUEMARRRLOS. Porque todos esos músicos, actores, escritores, ¡todos esos artistas!, estaban completamente drogados cuando hicieron sus obras. Así es. No hay droga si no hay cultura. No hay droga si no hay cultura. Si sabemos, vamos señores, que la droga es uno de los trucos del Diablo, ¿por qué no aceptamos que lo hace a través de la cultura? ¡Nos mintieron siempre! Y los políticos de hoy siguen hablando a favor de la cultura! Con Macri tenía esperanzas. Pero no. No terminó con todo.

¡Ay Jesúúús! ¿Por qué la realidad es tan cruel? Estoy en un mundo que no es mío, sola, sin nadie que me abrace como lo hacés vos, a la noche, ¡quiero más! No me alcanza el manto, tu pecho, quiero tu pecho en mi espalda Jesús; mi angustia desde que me levanto hasta que me acuesto, no la quiero más! Yo quiero tu mano, tu brazo, Jesúúús, quiero tu puño, tu puño adentro mío, por favor, meteme el puño Jesús, ahí Jesús, meteme el puño por atrás y sacame de este nido de serpientes…

Bendiciones para un país enfermo.

María Teresa Hicks

7 olores:

Lucila dijo...

JAJAJAJAJAJAJAJAJA
JAJAJAJAJAJAJAJAJA

Lucila dijo...

malhablada parece una palabra árabe

Emma dijo...

Sálvame Jebúúús!!!!

Mío dijo...

LULA, así se reía Tincho pero agarrándose la cabeza, jejej. Y sí, parece árabe porque prevalece la vocal abierta, las consonantes líquidas y su luego toma del latín, porque soy nazi ¡AY! de pronto me convertí en Mariano Grondona.

EMMA, parece que Jebús se las trae.

La que te re mil dijo...

Jesús se droga con el jurado de jugateeeeeeeeeeeeeeeeee!

Mío dijo...

No! Jesús no se droga! Jesús sólo toma té de morfina con Michael Jackson mientras se coge a los chicos de Grassi

(qué bardero cheee)

the fragile dijo...

Que inviten entonces!